domingo, 13 de julio de 2014

MAS DE LA RIES


LA REFORMA DE LA EDUCACIÓN SECUNDARIA 2006:  
IMPLICACIONES PARA LA ENSEÑANZA 
RAFAEL QUIROZ ESTRADA

En agosto de 2006 empezó a operar en todas las escuelas secundarias del país,  aunque sólo 
en primer grado; el plan y los programas  de estudio establecidos en el acuerdo 384 
publicado en mayo del mismo año (SEP 2006).  
Utilizando como insumos investigaciones de aula realizadas con la operación del 
plan de estudios de 1993 (Díaz 1996, Quiroz 2000) es posible anticipar posibles desenlaces 
de lo propuesto por la reforma 2006. Para realizar este análisis parto de una premisa. Una 
transformación de la educación secundaria que se pretenda como reforma integral tiene que 
asumir la complejidad y el  largo plazo como horizontes.  El proceso implica varias 
dimensiones, múltiples actores y diferentes temporalidades. La reforma integral tiene que 
atender cuando menos tres dimensiones: problemas curriculares, problemas de organización 
y de gestión de las escuelas y problemas de la formación y capacitación de los maestros. 
Estas dimensiones operarán como organizadores del análisis que tiene como sustento una 
pregunta de investigación: ¿qué respuestas se intentan con la reforma 2006 a los problemas 
que quedaron pendientes con la reforma de 1993? 
Problemas curriculares 
Para organizar la presentación de este campo, a continuación se identifican los principalProblemas curriculares 
Para organizar la presentación de este campo, a continuación se identifican los principales 
problemas curriculares que quedaron pendientes con el plan 1993 y se señalan cuales son 
las respuestas que se intentan con la reforma  de 2006.  
Fragmentación curricular 
En el plan de estudios de 1993 hay 11 o 12 asignaturas en cada grado (SEP 1993). Esta 
estructura curricular genera una gran dispersión del tiempo y el esfuerzo de los maestros de 
las asignaturas de ciencias sociales y ciencias naturales  entre muchos grupos y muchos 
alumnos. No es extraño que, por ejemplo, un maestro de geografía atienda 12 grupos y 600 
alumnos. Esto, como se señala en un estudio es un obstáculo para la aplicación de formas 
de enseñanza y evaluación adecuadas a la heterogeneidad de los grupos y los estudiantes 
(Quiroz 2000). 
Esta fragmentación genera que los estudiantes al tener que atender tantas 
asignaturas, tantos maestros y tantas evaluaciones en el mismo ciclo escolar, por razones 
obvias, priorizan estrategias adaptativas para obtener calificaciones  aprobatorias en 
detrimento de un aprendizaje significativo de los contenidos escolares (Quiroz 2000).  
La reforma curricular de 2006 disminuye la fragmentación curricular, ya que se pasa 
de 11 asignaturas por grado  del plan de  1993 a 9  asignaturas en el nuevo plan. Las 
asignaturas totales disminuyen de 34 en el plan de 1993 a 27 asignaturas en la reforma de 
2006.  
Biología, Física y Química que en el plan de 1993 se imparten en 2 o 3 grados, con 
la reforma 2006 se impartirá cada una en un solo grado. En el plan de estudios de 1993 3
Historia, Geografía y Formación Cívica y Ética sumadas ocupan 8 espacios curriculares, en 
la reforma 2006 estos espacios se reducen a 5.  
Se establece un espacio curricular de una hora a la semana en los tres grados para 
orientación y tutoría del  grupo. En el documento se señala que este espacio no debe 
concebirse como una asignatura más (SEP 2006).  La figura del maestro asesor de grupo es 
altamente valorada por los estudiantes, pero no cuenta en el plan de estudios de 1993 con 
un espacio curricular para su tarea. Que en la reforma de 2006 se otorgue un espacio 
curricular para esta labor es una mejora curricular.    
El resumen de las diferencias entre el plan de 1993 y la reforma 2006 arroja que: 
Biología gana una hora, Física y Química pierden tres horas, Historia pierde una hora y 
Orientación y Tutoría gana 3 horas.
En la propuesta curricular  de 2006 es evidente la intención de disminuir la 
fragmentación curricular. En mi opinión y tomando como referencia las perspectivas de los 
estudiantes sobre lo que significa esta fragmentación, lo planteado parece insuficiente. Sin 
embargo, dadas las condiciones institucionales, laborales y gremiales existentes es difícil 
avanzar más en la disminución de la fragmentación curricular sin provocar problemas de 
organización en las escuelas.  
 De todas maneras la disminución de la fragmentación curricular propuesta generará 
una menor dispersión del tiempo y del esfuerzo de los profesores que atienden las 
asignaturas de ciencias sociales y ciencias naturales al disminuir el número de grupos y de 
alumnos que tendrán que atender.       
 Los estudiantes, al tener que atender menos asignaturas, menos maestros y menos 
evaluaciones en cada grado, es probable que disminuyan un  poco el peso otorgado a las 
estrategias adaptativas para obtener calificaciones aprobatorias. Con ello pueden generarse 4
condiciones menos desfavorables para un trabajo que enfatice en el aprendizaje 
significativo.  
La selección de contenidos 
En algunos estudios se han  señalado los principales problemas de  la selección de 
contenidos de los programas de estudio de 1993. Al sintetizar lo planteado en esos trabajos, 
los problemas se pueden agrupar  en cuatro rubros: 
Primero, énfasis en la lógica del saber  especializado de las disciplinas que 
frecuentemente implica niveles de complejidad de los contenidos  inaccesibles para los 
adolescentes de esta edad (Quiroz 1998). Segundo, ruptura con los enfoque de enseñanza 
explicitados en los programas de estudio (Quiroz 1998). Tercero, volumen excesivo de 
contenidos. Cuarto, énfasis en los contenidos informativos sin una orientación que apunte 
hacia el desarrollo de competencias (Quiroz 2000). Estos problemas para los estudiantes se 
convierten en obstáculos para la apropiación de los contenidos (Quiroz 1991). 
En el plano discursivo la reforma curricular 2006 ofrece una respuesta contundente 
para estos problemas  al   plantear como propósito educativo central el desarrollo de 
competencias para la vida. Señala que  “una competencia implica un saber hacer (habilidad) 
con saber (conocimiento), así como la valoración de las consecuencias del impacto de ese 
hacer (valores actitudinales). En otras palabras, la manifestación de una competencia revela 
la puesta en juego de conocimientos, habilidades, actitudes y valores para el logro de 
propósitos en un contexto dado” (SEP 2006, 4).  
Se proponen cinco competencias genéricas para todas las asignaturas: competencias 
para el aprendizaje permanente; competencias para el manejo  de la información; 5
competencias para el manejo de situaciones; competencias para la  convivencia y 
competencias para la vida en sociedad (SEP 2006, 5).     
Proceder a una selección de contenidos que se oriente hacia el desarrollo de 
competencias para la vida implica al mismo tiempo una estrategia para resolver los otros 
problemas de la selección de contenidos:  niveles de complejidad de los contenidos, 
disminución del volumen de contenidos, y revertir la tendencia hacia los contenidos 
esencialmente informativos orientados a la memorización. 
Estas propuestas discursivas se plasmaron en formas heterogéneas en cada 
asignatura.   No se puede, por cuestiones de espacio, realizar un análisis de lo que sucedió 
en todas las asignaturas. Se  procede, en cambio, a presentar dos ejemplos contrastantes: 
español en un polo  y física y química en el otro.    
El programa de español es  una propuesta innovadora en la que el desarrollo de 
competencias encuentra altos niveles de concreción. La misma consiste en plantear las 
prácticas sociales de uso de la  lengua como núcleo de la actividad didáctica y en identificar 
tres ámbitos de estos usos: prácticas vinculadas con el estudio, prácticas vinculadas con la 
literatura y prácticas vinculadas con la participación ciudadana (SEP 2006, 28). Es evidente 
que una propuesta como ésta para su implementación exitosa en el aula requiere de otros 
componente. Se requiere también de materiales didácticos que concreten esta propuesta y  
una actualización pertinente de los maestros.   
Los programas de física y química son el caso contrario. No sólo no resuelven los 
problemas pendientes de los programas de 1993, sino que además los agudizan.   
Según la Academia Mexicana  de Ciencias (2004, 15) “los programas de Física y 
Química no disminuyen significativamente la cantidad de contenidos propuestos tomando 
en cuenta, además, que el tiempo asignado a  estas materias se reduce en un 20%”. Pero 6
además de esto “los contenidos propuestos para Química  y especialmente para Física 
aumentan en complejidad ya que en estos programas domina la presentación de modelos 
microscópicos de la materia cuando los  alumnos todavía no han adquirido un manejo 
fenomenológico de los fenómenos físicos y químicos de nivel macroscópico que les 
permita entender el contenido propuesto...” (Academia Mexicana de Ciencias 2004, 15). 
Este estudio concluye señalando que “los currículos de Física y Química pueden conducir, 
en la práctica, a reforzar una enseñanza  memorística tradicional, traicionando las 
intenciones generales de la reforma” (página 17). 
Los ejemplos de español, física y química muestran la heterogeneidad de la 
concreción de la  selección de contenidos.  
Libros de texto 
En un estudio se  describe la centralidad que tienen los libros de texto en la enseñanza de la 
secundaria (Quiroz 1998). El libro de texto se convierte en casi todas las asignaturas en la 
base para la selección, secuenciación y organización de los contenidos. También es la guía 
para planear las actividades de enseñanza y es la fuente privilegiada para definir las formas 
de evaluación.  
Además el libro de texto, según Canedo (1998), es frecuentemente la principal 
fuente de constitución de los saberes de los maestros con relación a la enseñanza de su 
asignatura, ya  que una proporción importante de los maestros de secundaria son egresados 
de licenciaturas de instituciones diferentes a las escuelas normales.  
Uno de los problemas de los libros de texto referidos a los programas de estudio de 
1993 es que una proporción importante de los mismos muestran rupturas con los enfoques 7
de enseñanza enunciados en los programas de estudio. Este es el caso de algunos libros de 
historia (Mayorga 1998).  
El gran reto es que se elaboren libros de texto que correspondan al énfasis en el 
desarrollo de competencias y a los enfoques de enseñanza propuestos para cada una de las 
asignaturas en la reforma curricular de 2006.   
Problemas de las condiciones institucionales y de gestión de las escuelas 
En esta dimensión es posible identificar múltiples problemas en las dinámicas actuales  de 
operación de las escuelas. Se pueden destacar dos problemas principales que condicionan la 
enseñanza. 
El primer problema refiere  a las condiciones laborales de los maestros. La  
tendencia  es que los maestros tienen casi todas sus horas contratadas para estar frente a 
grupo. Esto impide que los maestros tengan  tiempo pagado para realizar otras labores 
indispensables para la enseñanza. Sin embargo, su consecuencia  más importante es la 
imposibilidad para que los maestros participen en el trabajo colegiado al interior de cada 
escuela.   
Esto lleva a la identificación del segundo problema de esta dimensión. Las escuelas 
secundarias,  en la actualidad, no funcionan como una unidad educativa en torno a un 
proyecto común de enseñanza en cada plantel.  
No existe en la reforma 2006 alguna propuesta para  modificar las formas de 
contratación de los maestros. El problema central es que ello implica voluntad política para 
asignar recursos presupuestales nuevos. Como no existe esa voluntad política por parte del 
actual gobierno este problema se queda sin resolver por  la imposibilidad de que los 
maestros realicen un trabajo colegiado al interior de cada escuela. Respecto a esta 8
dimensión se puede concluir que hay en el  discurso la intención de transformar las 
condiciones institucionales y de gestión de las escuelas que no encuentran su concreción en 
términos de proyectos específicos para esa transformación.  
Problemas de formación y Actualización de los maestros 
En un estudio sobre los saberes y concepciones de los maestros de secundaria (Canedo, 
1998) se identifican algunos de los problemas que en esta dimensión afectan la enseñanza. 
Se pueden identificar tres como los más importantes.  
Primer problema: en la mayoría de los casos no existe una correspondencia entre los 
enfoques de enseñanza implícitos en las prácticas de enseñanza de los maestros y los 
enfoques de enseñanza propuestos en los programas de estudio.  
El segundo problemas es que casi todos los maestros enfatizan en el saber 
especializado de su disciplina y consideran poco los intereses y  expectativas de los 
estudiantes. Esto se plasma en prácticas que los alumnos identifican cuando dicen que 
“cada maestro deja tarea como si su materia fuera la única”.    
El tercer problema de esta dimensión refiere a que la mayoría de los maestros 
utilizan la evaluación como mecanismo de control y no como instrumento de 
retroalimentación de la enseñanza. Esto en alguna medida puede explicarse por las 
condiciones institucionales: atención a muchos grupos de adolescentes inquietos.  
Aunque dentro de las propuestas de la reforma  de la secundaria no hay proyectos 
sobre esta dimensión, es preciso recordar que en 1999 se avanza en  este sentido con la 
implementación de la Licenciatura en Educación Secundaria (SEP 2000). La idea fuerza de 
esta licenciatura es la concepción del maestro de secundaria como educador de adolescentes 9
que enseña contenidos disciplinarios. Esta concepción implica   un cambio importante 
respecto a la visión anterior del maestro de secundaria como especialista disciplinario.  
Sin embargo, el principal problema de esta dimensión remite a la actualización de 
los maestros en servicio. En este campo la oferta hasta la fecha ha  estado centrada en la 
especialidad de las disciplinas. Parece conveniente reorientar la oferta hacia la concepción 
de educador de adolescentes.  
Habría que pensar que las transformaciones en esta dimensión tienen que pasar por 
procesos de largo plazo, que además tendrían que sustentarse en el fortalecimiento 
académico de los equipos técnicos y pedagógicos estatales.  
Conclusiones 
La conclusión fundamental que podemos derivar es que la reforma  de la secundaria refiere 
a un proceso de largo plazo que implica cambios articulados  en  las tres dimensiones 
señaladas. Es claro, por ejemplo,  que de poco sirve cambiar el curriculum si al mismo 
tiempo no se transforman los saberes y concepciones de los maestros. Si los maestros no 
transforman sus saberes y concepciones es improbable un  cambio de la  enseñanza hacia 
caminos de mayor calidad. 
Referencias bibliográficas 
Academia Mexicana de Ciencias (2004). Reforma integral de la educación secundaria. 
Consideraciones sobre estructura general, mecanismos de implementación y 
cambios curriculares y de gestión.  Documento elaborado para la SEP. México: 
AMC.  
Canedo, C. (1998). Los saberes y  concepciones de los maestros de secundaria. Tesis de 
maestría. México: DIE-CINVESTAV 10
Díaz, M. (1996). Estrategias de enseñanza en la escuela secundaria. Un estudio etnográfico. 
Tesis maestría. México: DIE-CINVESTAV 
Mayorga, V. (1998). Análisis de libros de texto de historia de México. Tesis de maestría. 
México: DIE – CINVESTAV: 
Quiroz, R (1991). Obstáculos para la apropiación de los contenidos académicos en la 
escuela secundaria. Revista Infancia y Aprendizaje No. 55. Madrid.  
Quiroz, R (1998). La reforma  de 1993 de la educación secundaria en México: nuevo 
curriculum y prácticas de enseñanza. Revista Investigación en la Escuela No. 36. 
Sevilla, España: Diada Editora, S. L. 
Quiroz, R. (2000). Las condiciones de posibilidad de aprendizaje de los adolescentes en la 
educación secundaria. Tesis de doctorado. México:DIE-CINVESTAV. 
Secretaría de Educación Pública (1993). Plan y programas de estudio. Secundaria. 
México:SEP. 
Secretaría de Educación Pública (2000). Acuerdo Número 269  por el que se establece el 
plan de estudios para la formación inicial de profesores de educación secundaria. 
México: SEP.   
Secretaría de Educación Pública (2006). Acuerdo número 384  por el que se establece el 
nuevo Plan y Programas de Estudio para la Educación Secundaria. México: SEP




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